miércoles, 31 de diciembre de 2008
Promesas
Llegó a su casa. La puerta estaba cerrada y pensó en lo vano de aquel acto. Podían haberla dejado ardiendo que hubiera dado igual. Entró sin problemas y se dirigió al sótano. Paredes y suelo aún guardaban mucha humedad pero no sentía frío. Al fondo, bajo una losa suelta, estaba lo que buscaba. Dos soldaditos de plomo idénticos y unas pocas monedas. El tesoro de su infancia que juró recuperar algún día.
El espíritu de Joaquín por fin pudo abandonar el mundo de los mortales.
martes, 30 de diciembre de 2008
Monstruos en la oscuridad
Esa noche, dos de las ranas presenciaron como un horrendo brazo agarraba a una tercera que se escondía entre las piedras. El monstruo se la acercó a la boca y le clavó sus dos ojos azules durante unos instantes. Luego los cerró y se la acercó a la boca.
En el estanque resonó el sonido de un beso y el mundo se calló durante unos segundos hasta que se escuchó el sonido del cuerpo de una rana muerta golpeando el suelo. Maldito libro de los Hermanos Grimm.
lunes, 29 de diciembre de 2008
Qué buena es la fruta
A partir de ese día, Guillermo Tell hijo sintió una debilidad especial hacia las manzanas.
domingo, 28 de diciembre de 2008
Insectos y niños
sábado, 27 de diciembre de 2008
Ojillos
En ese mismo instante, Steve miraba desde su ventana al sol salir entre las montañas.
Wilfred, en su caravana, le sacaba los ojos a su última víctima.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Fría soledad
Habían pasado la noche anterior en casa de unos amigos, bebiendo, riendo, fumando, esnifando cocaína. Él había llegado muy caliente y acelerado, de nuevo adolescente. Pero ella se sentía mareada y quería dormir. Sus caricias arrancaron esas palabras y él se quedó con un nudo en el estómago y otro en la entrepierna. Salió de la cama, se alivió, y finalmente pudo dormir.
Y ahora se sentía tremendamente solo y culpable.
Se levantó del sofá, tiró la muñeca hinchable al suelo y fue al dormitorio a besar a su mujer.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Navidad
A lo lejos, sonaba una sirena. Acababan de detectar su fuga.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
martes, 23 de diciembre de 2008
Toda una vida
Ahora, la víspera de su jubilación, sus herramientas de escritura parecían haberse fundido con el tarro de madera en una escultura perfecta y atemporal que representaba toda una vida, todo un arte. Con una hermosa sonrisa que llegaba hasta sus ojos empequeñecidos tras los cristales de unas viejas gafas se puso el abrigo y se despidió de su escritorio hasta el día siguiente, hasta el día en el que celebrarían una fiesta de despedida. Hoy había sido el último día de trabajo.
Llegó una media hora tarde por la mañana, tal y como le había aconsejado el jefe. La oficina estaba llena de globos, compañeros sonrientes, una pancarta y montones de cosas para picar. Al acabar con la primera tanda de abrazos se acercó al colgador y dejó el abrigo. Sobre su mesa, diáfana, un horrendo ordenador.
lunes, 22 de diciembre de 2008
¿Y si...?
En aquel alcázar en el limbo, Francisco Jesús había alcanzado la inmortalidad.
domingo, 21 de diciembre de 2008
Imperfecta perfección
sábado, 20 de diciembre de 2008
jueves, 18 de diciembre de 2008
Un instante
Una fracción de segundo y se dio cuenta de que todo su futuro dependía de si lograba salir de esa jaula de metal que no paraba de dar vueltas. Había sido un gilipollas. Rezó por primera vez en muchos años. Había gastado todos sus ahorros en lotería de Navidad.
miércoles, 17 de diciembre de 2008
martes, 16 de diciembre de 2008
lunes, 15 de diciembre de 2008
Las heridas del duende
Hoja en blanco
sábado, 13 de diciembre de 2008
Que no me vean...
viernes, 12 de diciembre de 2008
Mi huevo
jueves, 11 de diciembre de 2008
Pútrido olvido
De sus semillas nació un hermoso manzano.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
martes, 9 de diciembre de 2008
lunes, 8 de diciembre de 2008
domingo, 7 de diciembre de 2008
Un momento maravilloso
La luna seguía desplazándose hacia el cañón y, en un instante mágico, derramaría su luz sobre el río que escondía en sus profundidades. Tendría la fotografía que siempre había soñado. Y ganaría el premio.
Colocó la cámara sobre el trípode y se quedó esperando. La luz resbalaba ya por la pared del cañón. Respiró hondo. Una, dos, tres veces. Dio una patada al trípode y gritó. Maldito eclipse de luna.
sábado, 6 de diciembre de 2008
Gepeto
Al día siguiente fue la presentación en sociedad del joven Pinocho. Pinocho, asustado, permanecía inmóvil. Todos estaban expectantes. Muchos, deseosos del fracaso. Finalmente Pinocho echó a andar y una gran ovación llenó la sala. Gepeto derramó unas lágrimas de alegría. Su diseño era perfecto. Aquel ratoncito vivía con un corazón electrónico.
viernes, 5 de diciembre de 2008
jueves, 4 de diciembre de 2008
Romántica arqueología
Y aún así se seguía sintiendo como un gilipollas por haber perdido el iPod.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
Tranquilidad
martes, 2 de diciembre de 2008
Pesadillas
El calor del día fue dando paso al frescor del ocaso. Llevó de vuelta al rebaño y se encerró en su casa. Cenó un poco de carne asada y un pedazo de queso. Sólo bebió agua. Luego se echó en el catre y soñó la misma pesadilla que se le repetía desde hacía años. Jamás olvidaría esa voz, la del último rostro que conoció. Finalmente, llegó la calma.
El anciano Polifemo roncaba.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Algo que te marca la vida
Pero también esa cosa tenía su lado bueno, aunque mucha gente no lo entendiese. Besó la cabeza de su perro y éste saltó de su regazo para ir juntos a la calle.
domingo, 30 de noviembre de 2008
Lo importante
La mujer del perro no paraba de llorar a pesar de los esfuerzos del policía que trataba de consolarla. Había encontrado el cadáver del mendigo al sacar al perro a primera hora de la mañana y no podía borrar de su mente aquel rostro congelado en una perversa sonrisa de la que colgaba una colilla consumida.
sábado, 29 de noviembre de 2008
Con el futuro asegurado
Llego a su casa con el último salario en la mano. Su perro meneó el rabo y le miró a los ojos pidiéndole permiso para saltarle encima y mostrarle su verdadera alegría. Se lo dio. Le acarició la cabeza y luego fue directo a la sala en la que guardaba su tesoro. Respiró hondo y abrió la puerta. Ahí estaba todo, amontonado en el suelo como si de un tesoro mitológico se tratase. Estiró el brazo y volcó su última paga en la cúspide del montón de sal.
Sueños de la infancia
A solo dos meses de terminar la clonación de la pareja de neandertales aquella jueza había ordenado la destrucción de su arqueozoológico por nosequé cuestiones morales.
jueves, 27 de noviembre de 2008
Reincidente
Tenía hambre. Hambre y sed. Y hambre de mujeres y sed de lugares que aún no conocía. Miraba de reojo a la gente que le miraba de reojo, llena de miedo. Y no quería que ese miedo le volviese a entrar por los ojos y se le alojase en el pecho y le impidiera respirar hondo. No podía tener miedo. Y sólo sabía hacer una cosa.
Aquel bar de viejos tenía buena pinta. Estaban los tres o cuatro parroquianos de costumbre en la barra y en las tres mesas mugrientas rodeadas de sillas destartaladas no había nadie. Pidió una cerveza y se sentó de espaldas a la pared en la mesa del fondo, mirando hacia la puerta de la entrada. Luego metió su mano en el bolsillo y sacó su arma. A por todas. Y comenzó a escribir.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Diantre de tapa
Se quemó el índice de la mano izquierda con la plancha y se cagó en Dios. Miró al cliente, ¿me podría echar una mano?. El hombre sonrió -había triunfado-, levantó parte de la barra y se le acercó. Quitó el seguro de la plancha y por fin bajó la tapa para calentar el bocadillo.
martes, 25 de noviembre de 2008
Manías
Miró las tijeras que había dejado su jefe en sobre la mesa. Sólo era cuestión de acercarse a por ellas y cortar el sobrante del hilo. Pero una fuerza irresistible tiraba de su psique hacia aquel cabo insolente. Cada centímetro que se acercaban sus dedos al cordel crecía su excitación, anticipándose a la sensación de los tironcitos con los que saldría el hilo y la tensión casi orgásmica del placer de lo prohibido.
Sus dedos se cerraron en torno al hilo. Tenía la espalda chorreando de sudor y una sonrisa casi de loco por la que se le escurría un hilo de saliva. Cerró los ojos y tiró del hilo despacio y constantemente hasta que ya no hubo resistencia.
Abrió los ojos. No debía haberlo hecho. Menudo estropicio. Menuda cagada, qué coño. Se acercó a la puerta de la sala y escuchó durante unos instantes. No había nadie. Abrió, miró a uno y otro lado, y salió corriendo fuera del quirófano.
lunes, 24 de noviembre de 2008
I+D+i
Llevó los resultados a la reunión en dossier impreso y un pendrive. Los patrocinadores iban a quedar realmente impresionados y podría dejar de dar clase en la universidad y dedicarse a tiempo completo a la investigación y los negocios.
Sólo necesito diez minutos para convencerlos de que era gilipollas. Salió de la sala de juntas a trompicones, con los ojos llenos de lágrimas. Los representantes del gobierno, la universidad y las petroleras se quedaron debatiendo cómo enderezar el embrollo.
domingo, 23 de noviembre de 2008
Pobreza y espíritu
La entrevista resultó amena y distendida y, mientras se bebía el café al que le habían invitado, le comunicaron que empezaría al día siguiente junto con otros dos voluntarios más. Fenomenal. 100 € al día por ocho horas de tirar monedas y apuntar los datos para comprobar nosequé de la validez estadística de una afirmación y su relación con la asimetría del Universo.
Eran las 15:37 del tercer día de experimento y estaba hasta las narices de tirar la monedita y apuntar el resultado. Su jornada acababa a las 18:00 pero no aguantaba más y los responsables del estudio dijeron que siguiese hasta las 16:00 y que ya le pagaban la jornada entera y quedaba libre del experimento. Cogió el tren y pasó a por unas cervezas por el supermercado antes de volver a casa. Enchufó la tele y se emborrachó hasta quedarse dormido.
Meses después, Joaquín Maltos salió muy contento con el magna cum laude por su estudio sobre los efectos psicológicos de los trabajos repetitivos y poco imaginativos. El jurado se lo había pasado en grande con las descripciones de las perrerías a las que habían sido sometidos los voluntarios.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Qué gente
viernes, 21 de noviembre de 2008
Sueños de la infancia
Pero los veranos se acababan y llegaba el día en el que veía por el cristal de atrás del coche cómo la casa se iba haciendo más pequeña hasta que desaparecía de golpe tras una curva. Los días se volvían más oscuros y tenía que hacer cosas que no comprendía y que no le gustaban.
Acostada en la cama, tras la fiesta de su undécimo cumpleaños, se juró que nunca más haría cosas que no quisiera hacer.
A partir de ese momento los demás pensarían por ella.
jueves, 20 de noviembre de 2008
Infierno
Horas después, con la ropa hecha jirones y sus dedos cubiertos de sangre, piel y cabello llegó la esperanza: los demonios cada vez tardaban más en regresar. Finalmente, tras uno rezagado, llegó el silencio. Ya no venían más.
Salió del túnel con la certeza de que, de quedarse, no aguantaría un demonio más. Deambuló por los pasillos oscuros hacia el aire fresco que su olfato intuía. La claridad de la luna apareció tras una esquina y apretó el paso. Llegó ante unas rejas cerradas marcadas por ese horrible blasón romboidal que se repetía hasta la nausea en el laberinto. Trató de forzar las rejas. Gritó. Lloró. Sangró. Se derrumbó derrotada en el suelo.
Los pasos de un vigilante resonaron a sus espaldas. Estaba perdida. Se acurrucó junto a la verja, iluminada por la luna, a esperar lo peor.
Teobaldo jamás se hubiera esperado algo similar en su primer día de trabajo como vigilante del Metro.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Desde el este
martes, 18 de noviembre de 2008
El fin de una era
lunes, 17 de noviembre de 2008
Aristócratas
domingo, 16 de noviembre de 2008
Quijote
sábado, 15 de noviembre de 2008
Inútiles
Había millones como ella por todo el país. Millones a quienes no importaba la política, la economía, lo que sucedía por el mundo. Millones que sólo vivían para alimentarse, trabajar y buscarse un hogar. No aportaban nada bueno y encima destrozaban aquello por lo que él luchaba. Qué asco le daban.
El forestal pisó a la oruga que se había quedado atrapada en el neumático y se encendió un pitillo.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Por amor
A lo largo de las siguientes semanas se dedicó a regar uno a uno los montículos con una jeringuilla. Los brotes fueron creciendo hasta que su jardín se llenó de cabecitas amarillas que comenzó a retocar con tijeras de cirujano.
Llegó el final del verano. Se acercó con las tijeras de podar y cayeron, uno por uno, los girasoles que había elegido. Se los llevó a su estudio y los colocó en el jarrón. Tardó dos días hasta quedar satisfecho con el resultado. Había quedado idéntico a su cuadro favorito de Van Gogh.
Fue a la nevera y sacó una cerveza. Se sentó frente al televisor, encendió el vídeo y volvió a ver El Sol del Membrillo.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Demasiado trabajo
Ya llegarían tiempos mejores. De momento, no le quedaba mejor opción que seguir remando y esperar a que el trirreme fuera capturado por algún enemigo que los liberase.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Lamentos
Miró a las estrellas. Era la primera noche en semanas en la que las nubes dejaban ver el cielo. Y qué hermoso era, ajeno a las insignificantes vidas de los hombres, a sus pasiones, a sus miedos, a sus ilusiones. El aire fresco casi quemaba sus pulmones acostumbrados a la pólvora quemada y a la tierra agitada por las explosiones.
Entonces lloró. De alegría, de alivio, de pena. No había fracasado, sólo había perdido.
martes, 11 de noviembre de 2008
Sombra
lunes, 10 de noviembre de 2008
Vaya corte
En fin. Sacó los envoltorios, tiró la caja, y se los llevó con una sonrisa al dormitorio. Esa noche sólo habría sexo oral.
Remordimientos
sábado, 8 de noviembre de 2008
Pérdida
Sentía en sus mejillas la sal cuarteándose y sus ojos enrojecidos se cerraban con el sol. Estaba harto. Harto de todo. Cogió el soldador y lo arrojó a la basura. Ya no sería escultor.
viernes, 7 de noviembre de 2008
Agotado
Cuando amaneció su cuerpo ya estaba frío. Nadie supo jamás que, por segunda vez, Jesús había venido y se había ido.
jueves, 6 de noviembre de 2008
Dolor de cabeza
Lo peor llegó a la mañana siguiente cuando sus padres le encontraron dormido semidesnudo bajo el árbol de Navidad.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Supervivencia
¿Por qué lo habían coronado a él como jefe? Nunca se había comportado de manera violenta ni imperativa. Quizá por eso mismo su ánimo suponía un bálsamo para quienes sentían la fría mordida del miedo en la nuca.
Y en el fondo daba igual cómo habían llegado a esa situación. Habían llegado a ella y punto. No había vuelta atrás. El resto de sus compañeros seguían realizando sus fútiles rutinas diarias, ajenos a las cavilaciones que le ocupaban. Esa misma noche tendría que ejecutar las decisiones que hubiera tomado. Llegaba el frío.
Cuando llegó el equipo de televisión a la cueva se encontraron al jienense sonriente cubierto de sangre y los restos descuartizados de los demás concursantes apilados al lado de la fruta.
martes, 4 de noviembre de 2008
Recuerdo de la primera vez
Se acercó la mano al corazón y tocó el frasquito del bolsillo. Sonrió. Se había llevado un pequeño recuerdo y ella no lo echaría en falta. Se paró a tomar un café antes de volver a casa.
Entró en su casa y fue directo a la nevera. Abrió la puerta y después de olerlo, dejó dentro el frasquito ensangrentado en el que había metido los pezones y el clítoris que le había amputado a su víctima.
lunes, 3 de noviembre de 2008
La angustia de perderla
La preocupación fue dando paso al pánico según avanzaban los minutos. Había dado por hecho que sería sencillo seguirla a todas partes y que ella ni se daría cuenta y de pronto se veía completamente sola, sin saber hacia dónde ir ni qué hacer.
¿Y si, de pronto, la chica se diese cuenta? ¿Y si lo hiciese alguna otra persona? No quería ni pensar en las consecuencias. Aún quedaban un par de horas hasta el anochecer. Podía pasar cualquier cosa.
Aquel atardecer resultó ser estéticamente mediocre pero a ella le pareció lo más hermoso del mundo. Cayó el último rayo de sol y con él se fueron sus preocupaciones. Ya era de noche y nadie se había dado cuenta. Dando gracias a sus hados, se volvió al mundo de las sombras.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Afortunado
Veía a los mendigos durmiendo entre cartones, en los cajeros automáticos. En la cabina de la esquina. Menuda vida más perra, todo el día tirados en la calle sin un motivo para levantarse, sin saber cómo iban a conseguir el dinero para siquiera comer. Sin saber si iban a morirse esa noche de frío. Se supo muy afortunado. Él al menos tenía los periódicos.
Arrugó otras cuantas hojas y las echó en el bidón. Al menos esa noche no pasaba frío.
sábado, 1 de noviembre de 2008
La fría espera
A pesar de que el frío ofuscaba su mente sabía que no había otra opción que aguantar. Sería capaz de pasar una noche en la cámara frigorífica y ganaría la apuesta.
viernes, 31 de octubre de 2008
Victoria
Luego arrojó las piedras a un lado y se fue cabizbajo. A ver en qué se iba a entretener ahora.
jueves, 30 de octubre de 2008
¿Realmente quiero ser así?
Pulsó en el botón de NEXT y apareció en el ordenador vestido de bombero.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Nochebuena
martes, 28 de octubre de 2008
Efímera espuma
Ahora, ya un adulto, echaba en falta la cándida felicidad de aquellos tiempos de baño y no ducha. Tenía todo aquello con lo que nunca había soñado y jamás había sentido que le faltara tanto. Así que tomó una decisión: jamás volvería a tomar un baño.
lunes, 27 de octubre de 2008
Navegante entre estrellas
domingo, 26 de octubre de 2008
La vida sin él
Polillas
La luz atraía a las polillas y las polillas a una pareja de salamanquesas que se habían hecho asiduas de la terraza. Eran muy bonitas y también se comieron sus problemas.
Fidelidad
Al menos su castillo seguía en pie y sus sirvientes habían permanecido fieles a su esposa. Tanto que ahora había tres niños y dos niñas más en el castillo.
viernes, 24 de octubre de 2008
Cartas
miércoles, 22 de octubre de 2008
Fiesta movida
martes, 21 de octubre de 2008
Agotado
Se sirvió un whisky y lo paladeo sentado ante el fuego que ardía en el hogar. El baile de las llamas resultaba hipnótico y sedante.
Se sobresaltó con el olor a alubias quemadas. Se había quedado traspuesto. Corrió a quitar el cazo del fuego y lo sirvió en un viejo plato de aluminio. Bueno, se podían comer a pesar del regusto a quemado. La verdad es que resultaba agotador desmembrar a dos personas en un día.
lunes, 20 de octubre de 2008
La planta
La verdad es que era muy bonita. Y además de bonita sería muy útil cuando se desplegara en toda su grandeza. Podía quedarse horas mirando desde la ventana e imaginando cómo por dentro iba creciendo, muy poco a poco, pero sin detenerse.
Pasó el otoño, el invierno y otro año más. Y la planta seguía creciendo. Y por fin llegó la primavera. Lo había conseguido. Se acabó la espera. El chófer llamó a la puerta y él montó en la limusina. Rodeado de cargos políticos y prensa apretó el botón. La primera planta nuclear de capital privado se ponía en marcha.
domingo, 19 de octubre de 2008
Ruedas
La noche era fresca pero para tratarse de mediados de noviembre tampoco estaba tan mal. Se podía pasear, vaya. Mientras se fumaba un cigarro bajo la luz de la luna se iba preguntando cuántas cosas habrían vivido todas esas ruedas.
sábado, 18 de octubre de 2008
Beber no soluciona nada
viernes, 17 de octubre de 2008
Monstruos
Al fondo de la calle aparecieron las luces y sirena de un coche patrulla y los combatientes se congelaron durante unos segundos hasta que salieron corriendo hacia la noche. El coche se detuvo justo ante el callejón y el agente Galbraith se fue corriendo en pos del hombre lobo. La agente Morgan bajo del coche y se abalanzó sobre ella cuando surgió de las sombras, pálida, la boca ensangrentada y los ojos enrojecidos.
Nancy Mahoney nunca olvidaría aquella noche de Halloween en la que otro niño le pegó un puñetazo en la boca para quitarle los caramelos y se quedó llorando en el callejón hasta que llegó la policía.
jueves, 16 de octubre de 2008
Libros
miércoles, 15 de octubre de 2008
Asertividad
martes, 14 de octubre de 2008
Hambriento
Por fin llegó al callejón. Nadie le había seguido. Trepó por la escalera de incendios y entró por la ventana rota del primer piso. Allí le esperaban. Extendió la mano y dejó caer los billetes.
lunes, 13 de octubre de 2008
Verdura
domingo, 12 de octubre de 2008
sábado, 11 de octubre de 2008
viernes, 10 de octubre de 2008
El castigo de Prometeo
jueves, 9 de octubre de 2008
Tiempo, se desvanece
miércoles, 8 de octubre de 2008
Maneras
martes, 7 de octubre de 2008
Vida
lunes, 6 de octubre de 2008
Amigos
La noche del cambio de hora discutieron por alguna tontería y Rodolfo dejó de ir al bar. Tenía cada día más trabajo y la fábrica iba viento en popa. Para el puente de la constitución el jefe le llamó a la oficina sonriendo y le sirvió una copa de ese whiskey escocés que guardaba bajo llave.
- La fábrica va muy bien, Rodolfo, y ahora nos ha entrado un pedido para el Ejército de Tierra -el aroma de aquél licor era magnífico-. Así que vamos a ampliar y modernizar las instalaciones.
El cheque que llevaba en el bolsillo pesaba demasiado. A la calle tras media vida de trabajo por culpa de unos robots. Echaba de menos al cabronazo de Mejías. Y tampoco había sido para tanto la discusión. Dejó el sobre en casa, cogió 50€, un cuarto de queso curado que guardaba y se acercó a la cantina. Dos máquinas de refrescos, dos de chucherías y una de emparedados.
domingo, 5 de octubre de 2008
Asco de carne
sábado, 4 de octubre de 2008
Gritos
Sólo tuvo que escucharlas para darse cuenta de que no eran los gritos de las Furias sino el susurro de las Musas amplificado por la sensibilidad de su oído.
viernes, 3 de octubre de 2008
Sueños que se desvanecen
Por la noche, ya con la luz apagada y entre ronquidos, pensaba que aún estaba a tiempo de cumplir sus sueños y que escribiría su nombre con letras doradas. Algo dentro de él le decía que así no lo conseguiría. Gracias al cansancio, lo acallaba y dormía.
Muchos años después, con cerca de sesenta, aún se subía a los tejados. Seguía pensando en que algún día lo conseguiría pero se encontraba más cansado y en el fondo sabía que se le agotaba el tiempo. Soñaba con menos frecuencia con el día en que plasmaría su nombre en el libro.
Subió por última vez a la edad de setenta y dos. Mientras ponía los canales de teja árabe sentía un fuerte dolor en el pecho. Sus compañeros le bajaron con cuidado y le recostaron a la sombra de un árbol mientras esperaban a la ambulancia. Supo que ya no lo conseguiría. Ya no. No podría firmar como el hombre que más tejados había retejado en el Guinness de los Records.
jueves, 2 de octubre de 2008
Espectro
miércoles, 1 de octubre de 2008
Acechando en las sombras
La mujer salió del edificio de oficinas y él la siguió como un fantasma en la noche. El sonido de sus tacones se reproducía entre las paredes del callejón y rebuscaba las llaves en su bolso sin detener el paso. Unos chicos fumaban unos canutos bajo el cono de luz de una farola excesivamente potente. Levantaron la mirada al oír sus pasos e, instantes después, se fueron apresurados en dirección contraria.
La mujer giró la cabeza y observó al hombre del abrigo gris que le iba ganando terreno. Al poco echó a correr. Él también. No podía correr bien con los tacones. Se le rompió uno, tropezó, y cayó al suelo tras rebotar contra un cubo de basura. El hombre llegó a su lado y le mostró el cuchillo de caza con la media sonrisa más fea que jamás había visto. Se quitó el abrigo y se acercó aún más a ella.
Un geranio con su maceta le cayó en plena cabeza y, dejando escapar un quedo sonido, perdió el conocimiento. La chica miró hacia arriba y no vio nada. Se levantó, y salió corriendo.
Por fin había entendido las órdenes del jefe. No estaba mal su estreno como ángel de la guarda.
Con las botas puestas
Un par de manzanas más adelante tuvo que detenerse. No podía más y se dejó caer ante un portal. No iba a conseguirlo, no podía casi ni andar. Agarró una bota pero se quedó inconsciente antes de poder hacer nada.
Le despertaron las voces de Martín, su compañero. Le habían encontrado a tiempo. Le ayudó a levantarse. Menos mal. Aliviados, echaron un trago a una de las botas de tinto y se fueron a buscar al resto de la peña para beber un poco antes de los encierros.
lunes, 29 de septiembre de 2008
Sombras
Horror
Cerro los ojos y respiró profundamente. Y eligió.
No había nada como la seguridad de una celda sin puertas.
domingo, 28 de septiembre de 2008
sábado, 27 de septiembre de 2008
jueves, 25 de septiembre de 2008
Desde las sombras
miércoles, 24 de septiembre de 2008
martes, 23 de septiembre de 2008
Locura
lunes, 22 de septiembre de 2008
Siete
domingo, 21 de septiembre de 2008
Recuerdos
Recordaba con cariño aquellos días como médico en el campo de exterminio.
sábado, 20 de septiembre de 2008
La búsqueda
Salió a la superficie horas después, victorioso, empuñando la pieza que había bajado a buscar y escuchando emocionado una ovación que nunca tuvo lugar. Una vez más, había sido capaz de localizar y reparar la fuga de agua en los sótanos de un viejo edificio victoriano.
viernes, 19 de septiembre de 2008
Α y Ω
Y ella había sido llamada para limpiarlo todo. La iglesia se había convertido en un lugar sucio, completamente alejado de lo que debía ser. Los curas -supuestamente hombres santos- no eran muy distintos de los pecadores a los que querían salvar y allí por donde pasaban iban dejando su huella, ensuciando ese templo de Dios.
Sus ropas blancas se perdieron en la penumbra. Pronto volvería la iglesia a brillar inmaculada.
Ya era de noche cuando el párroco le dio los 50€ a la señora de la limpieza.
jueves, 18 de septiembre de 2008
El ojo
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Incertidumbre
Lo peor de todo era la incertidumbre. Ciertamente no resultaba sencillo ser tetrapléjico ni pobre. Ni ser huérfano y vivir con unos familiares lejanos que sólo le acogían por utilizarlo para mendigar. No. Lo peor era la incertidumbre. Si no llevaba dinero a casa su tío se enfadaría mucho con él, pero era la primera vez que lo sacaban a la calle a vender.
Una chica se paró ante él. Dios mío, estaba perdido. Fingió un ataque de ausencia hasta que aquella hermosa chica se alejó sin decir palabra. No lo soportaba. ¿Qué diantres había en la caja que su tío había puesto a sus pies?
martes, 16 de septiembre de 2008
Burritos
Llegó el día en el que compraron un tractor en la granja. Los burros ya no eran necesarios. Lograron vender casi todos a granjas vecinas salvo los dos más viejos. Esos dos ya sólo eran un estorbo y la decisión fue sencilla. Los sacrificaron y se los dieron de comer a los perros.
Esa noche Canelo no fue a jugar con los burros. Estaba empachado de carne.
lunes, 15 de septiembre de 2008
Los que quedan
Decidieron poco después esperar hasta que casi no les quedase oxígeno y, si el equipo de rescate no aparecía, abrirían las escotillas y dejarían que las aguas abisales se hicieran cargo de sus cuerpos -reventados instantáneamente por la tremenda presión- como alimento para los fascinantes seres que habían bajado a estudiar. Al menos así dejarían un hermoso recuerdo para los que quedaban en tierra.
Al final, tras un largo abrazo, se dispusieron a despresurizar la cabina. No sabían que, tras el holocausto nuclear, con ellos se extinguía la especie humana.
domingo, 14 de septiembre de 2008
Menuda mierda
sábado, 13 de septiembre de 2008
Dedos
viernes, 12 de septiembre de 2008
Esperando al autobús
jueves, 11 de septiembre de 2008
Seppuku
Soltó la hoja y tomó la pluma. Ya no tenía honor.
miércoles, 10 de septiembre de 2008
Menudo chasco
martes, 9 de septiembre de 2008
La presa
Miró el reloj. Iban a ser y media ya. En nada descargaría. Le encantaba ver como salía el chorro por debajo para aliviar la presión y derramar el líquido vital por monte y valles.
Minutos después llegaba al coche aún sudoroso por el ejercicio. Condujo hasta el control de seguridad, mostró sus credenciales y salió a la carretera. Pensándolo bien, tampoco estaba tan mal su trabajo de funcionario de prisiones.
lunes, 8 de septiembre de 2008
Momentos de contemplación
Por fin había dejado de llover. Leo salió de la cabina para subir al camión a las vacas que llevaría al matadero.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Ganas de hablar
Y ahí estaba, sentado frente a un hombre serio y taciturno al que había empezado a ver los últimos días. Y aún no habían cruzado palabra. Finalmente se animó y le preguntó por su familia al secuestrador.
sábado, 6 de septiembre de 2008
Terrores infantiles
Los medios informativos echaron la culpa a los videojuegos violentos de que un niño de cinco años hubiera acuchillado en el centro comercial al hombre que hacía de Papá Noel.
Umbrales que no se quieren cruzar
Vio pasar su vida ante sus ojos. Imágenes secuanciales e inconexas que le traían recuerdos de su niñez, su juventud, su pubertad... Maldita la hora en que su madre viajó a Canarias y se compró el proyector de diapositivas.
jueves, 4 de septiembre de 2008
Un instante eterno
584 días después, asqueado en su soledad por una eterna puesta de sol, Alyosha Gólubev se arrojaba sin traje a la inmensa negrura del espacio.
miércoles, 3 de septiembre de 2008
Dudas
martes, 2 de septiembre de 2008
Prejuicios
Como en su tierra, en ningún sitio.
Era el único que no se daba cuenta de que se había cagado.
lunes, 1 de septiembre de 2008
Lo peor
Lo peor de haber naufragado es que ahora lo echaba de menos.
domingo, 31 de agosto de 2008
Mejor una cena frugal
No podía más, se levantó de la cama y fue arrastrando los pies hacia el botiquín. Le dolía muchísimo el estómago. Mientras rebuscaba, sentía cómo las arcadas iban creciendo en intensidad. Jarabes. Pastillas. Cápsulas. Más pastillas. Tabletas. Ahí lo tenía: sal de frutas.
Una arcada inesperada y vomitó la cena sobre las baldosas. Menudo asco. Todo lleno de monedas a medio digerir.
sábado, 30 de agosto de 2008
Noche de juerga
Lucas se quedó aún unos minutos mirando fijamente la comida antes de decidirse. Finalmente pudo más el hambre y se lanzó desesperado a engullirlo todo. Luego se tumbó en el sofá frente a la tele y enseguida se durmió.
Por la mañana le despertó su padre con una bronca. No tuvo más que mover el rabo y lamerle un poco para que le perdonara.
¿Premio?
jueves, 28 de agosto de 2008
¿Por qué no me deja pasar?
Nada. Diez minutos más tarde se rendía. Así no había manera y se estaba empezando a cabrear. Respiró hondo un par de veces, agachó la cabeza y miró a la chica a los ojos. Después le dio un beso y le susurró al oído que ya harían el amor otro día, cuando estuviera lista.
Desintoxicación
...y era horrible. No podía más. Necesitaba un buen libro para desintoxicarse de tanta información vacía de contenido.
martes, 26 de agosto de 2008
Un clásico averiado
De todos modos, lo intentó una vez más. Volvió a meter la llave en la ranura y la giró hasta que hizo tope. Nada, si la forzaba aún más podría romperla. Y tampoco empujando. En fin, ya buscaría a alguien que le arreglara el reloj carillón.
lunes, 25 de agosto de 2008
Mandarinas
Cinco mandarinas después se echó a dormir bajo la copa de un vecino olmo. No le dio tiempo a despertarse cuando unos bandoleros le cortaron el cuello y se fueron decepcionados por la ausencia de botín.
Unos años más tarde un poeta sin reconocimiento se sentó a la sombra del olmo a comerse un par de mandarinas que acababa de coger del arbolito de al lado.
domingo, 24 de agosto de 2008
Luciérnagas
Ante sus ojos había un ejemplar precioso que brillaba con toda su intensidad, un macho que gritaba a la noche que él era el destinado a perpetuar sus genes hasta el fin de los tiempos.
Sobre la pared de una casa castellana, una salamanquesa daba cuenta de una luciérnaga.
Dedicación
Después de comerse un pescado y un poco de fruta se levantó y fue a caminar por la arena bañada por el mar. Trotó a paso ligreo playa arriba y playa abajo y finalmente se acercó a una gran palmera en la que hundió el rostro. Nadie jamás podría ganarle al Escondite Inglés, su única ocupación desde que su barco naufragó hacía una vida.
sábado, 23 de agosto de 2008
Un fatídica apuesta
Y todo por culpa de una estúpida apuesta. Si aquel viernes de hace casi dos meses hubiese tenido la boca cerrada, nada de esto le estaría pasando. Pero no, claro, si Pablo le picaba, él tenía que entrar al trapo. Y con la borrachera que llevaba, ¿cómo iba a haberse negado? Parecía mentira que con 36 años pudiese haber sido aún tan gilipollas. Con 16 aún, ¿pero con 36?
En fin. No valía la pena lamentarse. Aunque aún no lo entendiera tenía que seguir adelante y, seguramente, con el paso de los días todo iría encajando, tendría sentido, y hasta se sentiría orgulloso porque todo esto le habría hecho madurar como persona.
Aún así, seguía sintiéndose como un gilipollas por haberse apostado con Pablo que era capaz de hablar Chino en tres meses.
viernes, 22 de agosto de 2008
Por terreno desconocido
La humedad del ambiente no dejaba que se evaporase su sudor y la ropa se sentía como un trapo mojado en la espalda; un trapo pegajoso que le sujetaba y no le dejaba moverse con libertad. Escuchó a lo lejos el ruido de un motor y se quedó parado tratando de discernir de dónde venía. Sintió un escalofrío. No veía a uno de sus compañeros y el motor sonaba cada vez más cercano. En el preciso instante en que iba a gritar el nombre de su compañero, éste vino corriendo y los tres salieron de la senda y se tumbaron a la sombra de los árboles que crecían sobre la loma que se alzaba a pocos metros de ahí. Sacó el mapa, leyó las coordenadas del GPS, y trazó mentalmente la ruta que debían seguir para llegar sin problemas.
Sacó los tres recipientes que llevaba y repartió la comida. Después bebieron agua. Finalmente, Néstor sacó un libro y sus perros se acurrucaron junto a él.
miércoles, 20 de agosto de 2008
Unas buenas vacaciones
Andén 27. Menos mal que la entrada estaba en el 32. La maleta nueva se deslizaba con suavidad por el suelo enlosado, sin hacer ruido. Sonrió. Por fin iba a tener unas buenas vacaciones. Un chico le ayudó a subir la maleta al tren y siguió su camino por el anden con un de nada que le supo a poco.
Cuando el tren dejó atrás la estación se quitó los zapatos, puso los pies sobre el asiento de enfrente -estaba sola en el compartimento- y suspiró relajada. Atrás quedaban la ciudad y su móvil sonando impertinente sobre la mesita del recibidor.
martes, 19 de agosto de 2008
La llave
Desde la extraña edificación de la que salen ruidos raros se acerca una figura alargada. Trae en la mano un recipiente lleno de algo de color rojo intenso, antinatural. Se le acaba el tiempo y le inunda la tristeza porque sabe lo que va a suceder...
Jonathan estaba hasta los cojones de su abuelo: se va a por un sorbete de fresa al chiringuito y el puto viejo le rompe el móvil.
No me entienden.
Llegó a su portal -tras echar dos meadas por el camino sin perder mucho tiempo-, subió las escaleras y trató de escuchar tras la puerta de su casa. Le zumbaban los oídos pero aún así consiguió discernir el sonido de la tele. En fin, habría que echarle valor.
Abrió la puerta con cuidado y, efectivamente, ahí estaban esperándole ante la tele. Desde que había enviudado sus hijos se preocupaban demasiado por él.
lunes, 18 de agosto de 2008
A descansar tocan
De momento, también se iba a descansar, que se lo había ganado. Llevaba más de catorce horas sin parar. Y eso era demasiado incluso para un dios como Ares.
domingo, 17 de agosto de 2008
Sibarita
Dejó el sujetador a un lado. La modelo era preciosa.
viernes, 15 de agosto de 2008
Vis a vis
Jonás puso un billete de 20 € en la mesa. Paolo sonrió y soltó sus cartas en la mesa. Tomó el dinero y se fue. Esta vez Jonás se había creído que no había nadie en los domicilios pero Paolo se prometió tomarse más en serio su curro de mensajero.
La caída de Babel
El Sr. Sörensen le trajo el libro. La difunta señora Barnley le había regalado a su marido un libro en japonés -de Kenzaburō Ōe- para que lo disfrutara cuando hubiera tenido éxito y así compartirían ese momento aun cuando ella hubiera ya desaparecido a causa del cáncer. Ahora, por fin, llegaba el momento. Pensó en su esposa, sonrió y, entre miradas expectantes, abrió el libro. Sus compañeros de departamento ni respiraban.
Se cagó en Dios y en todos los santos. Luego en su puta madre -la de un desconocido impersonal-. Se acababa de leer la última página del libro.
jueves, 14 de agosto de 2008
Al raso
Ya no tenía dinero y todo cuanto poseía lo llevaba puesto. Lo había perdido todo. Por fin era rico.
miércoles, 13 de agosto de 2008
Un descenso peligroso
No sintió dolor cuando murió aplastada. Maite no soportaba las orugas.
lunes, 11 de agosto de 2008
Viaje de ida
Cosas de ricos
La mansión estaba muy bien: planta baja, primer piso, segundo piso y buhardillas. Supuso que no querrían el ascensor para el trastero o el cuarto del jardinero. A ver con qué le salían.
Mientras paseaba por el jardín acompañando a su cliente se preguntaba por qué había aceptado ese encargo sin haber pedido más detalles. Se detuvieron frente a un pequeño lago artificial, a la sombra de un castaño de indias. El anciano le dijo que ahí quería construirle el regalo a su nieto, parapléjico desde el accidente: una casa en el árbol.
domingo, 10 de agosto de 2008
Crujiente
Le encantaba eso de meter la mano en un bolsillo del abrigo y encontrarse con un dinero que no esperaba. Dos billetes de 50€, ni más ni menos. Y con un post-it pegado con una dedicatoria de Laura. Qué detallazo.
Con sorpresas así lo cierto es que no daba pereza salir a trabajar estas mañanas de invierno. Y ya era el segundo abrigo que levantaba de un bar en lo que llevaba de día.
viernes, 8 de agosto de 2008
Decisiones, decisiones...
El otro periódico tenía un formato más pequeño, más de revista, y con las hojas perfectamente grapadas. Era mucho más manejable, desde luego, y tenía bastantes más páginas. Las noticias, sin embargo, hablaban de un país en plena decadencia, el hazmerreir de Europa y cosas así.
Pensó en el trabajo de la universidad. Uf, era una putada tener que decidirse, pero darle vueltas al asunto tampoco le iba a solucionar nada y sí robarle tiempo. Sopesando los pros y los contras se quedó con el grapado. Aunque fuera un coñazo lo de la grapa y los papeles de menor tamaño, tenía bastantes más hojas. Trataría de buscar los ejemplares más pequeños que cupieran entre sus hojas para prensarlos e ir montando el herbario.
Silvia no quiere ir a la guardería
A menudo Silvia se preguntaba por qué se había hecho profesora.
miércoles, 6 de agosto de 2008
Un hermoso ejemplar
Se acercó al árbol bajo cuya sombra descansaban sus amigos escondiendo el libro a su espalda. Cuando estuvo junto a ellos, lo sacó de golpe con una sonrisa triunfal y sus rostros se iluminaron. Era justo lo que necesitaban para poder disfrutar durante las tórridas horas de la sobremesa. Lo estrenaría Gerardo, claro. Hiceron un semicírculo a su alrededor mientras él abría el libro más o menos por la mitad. Frente a él, una cuerda de rafia formaba un bucle colgada por ambos extremos de la rama más gruesa del árbol. Colcó en ella el libro, se sentó, y comenzó a columpiarse.
martes, 5 de agosto de 2008
Menudo día
lunes, 4 de agosto de 2008
El sentido de las cosas
Aún no había llegado al fondo. Por mal que se sintiera, por absurdo que pareciera todo, seguía descendiendo hasta lo más profundo. Quería ver que había abajo del todo. Sólo así calmaría su ansia y podría volver para salir. A veces caía y caía, golpeándose, llenándose de heridas que le daban fuerzas para seguir bajando. Otras se paraba, descansaba, y veía como se alejaba. Pero el fondo parecía inalcanzable, como si no existiera, como si nunca pudiera llegar. Y, sin embargo, veía a otros ahí abajo. Abajo del todo.
Jonathan fue despedido su cuarto día de trabajo por cabronazo. Había aprovechado la visita del colegio de educación especial para invertir el sentido de las escaleras mecánicas.