viernes, 15 de agosto de 2008

Vis a vis

Miró las cinco cartas que tenía en la mano y después a los ojos de su oponente. Paolo sabía que debía conservar la calma, que su rostro tenía que permanecer sereno y natural a la par de no expresar sus emociones. Su futuro dependía del desenlace de ese silencioso enfrentamiento. Jonás le miraba a los ojos tratando de encontrar un destello de flaqueza por el cual adivinar si se estaba marcando un farol. Pasaron unos segundos en los que el mundo se paró.

Jonás puso un billete de 20 € en la mesa. Paolo sonrió y soltó sus cartas en la mesa. Tomó el dinero y se fue. Esta vez Jonás se había creído que no había nadie en los domicilios pero Paolo se prometió tomarse más en serio su curro de mensajero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya sabía yo que había gato encerrado! mu weno