domingo, 13 de febrero de 2011

Más de lo mismo pero distinto

A lo largo de los últimos 30 años de mi vida he sido mi mayor crítico, mi mayor enemigo, un paupérrimo aliado. La necesidad de hacer todo perfecto o no hacerlo ha provocado un colapso casi irreversible de mi yo más intimo. Y mis relaciones interpersonales no han sido mucho mejores que las intrapersonales, para qué engañarme. En resumen: he vivido una vida insatisfactoria por definición -por planteamiento, vamos- aunque haya estado repleta de momentos gloriosos.

Esto me deja con 37 años y pico en pelotas en medio de un esperpéntico limbo que me he creado y que me sobrepasa. Mi salud es una puta mierda y ya no sé si es todo por mi mente o mi cuerpo tiene algo que ver -quistes de 19mm, apnea del sueño y anticuerpos haylos-. Quiero salir de aquí pero no sé si vuelvo a caer porque me da miedo lo que no es esto, porque soy gilipollas, torpe o cobarde o porque la vida me odia o quiere darme aún más enseñanzas.

Hace dos semanas que estoy yendo a un gimnasio y, lo que es mejor, utilizándolo. Y me siento infinitamente mejor. También fui en enero y volveré a ir en una semana a ver a un sacerdote que, me guste o no, me ha revuelto algo por dentro. Estoy leyendo y poniendo en acción algo que debería ayudarme a organizar mi día a día. Y he preparado una lista de cosas por hacer, sí o sí, a partir de mañana.

Mientras escribo esto oigo voces que dicen "ya estamos otra vez". Y son voces que sólo existen en mi mente aunque parezcan las de mis amigos y amigas. Nadie está aquí para juzgarme, y si lo hacen...

Bueno, basta ya de tonterías, no era esto lo que quería escribir. Hace unos años me propuse escribir todos los días, por poco que fuera. Hace unas semanas, hacerlo todas las semanas. Esta tarde me he cagado en mis muelas y he plasmado en papel una serie de aspectos que tengo que tener en cuenta si quiero entender qué coños me pasa y qué hacer para cambiarlo. No se trata de buenas intenciones sino de cosas insultantemente concretas.

··ooOoo··

Pues menuda mierda de entrada al blog. Al final no he dicho nada que no fuera lo de siempre. Pues nada, que da igual. Que quien quiera leer lo que escribo que esté atenta/o o que suscriba el feed -los frikis me entienden. Y M., que no es friki. Bueno, un poco sí-.