viernes, 8 de agosto de 2008

Decisiones, decisiones...

Pues iba a tener que elegir: sólo tenía dinero suficiente para comprar uno de los dos periódicos y no ambos como hubiera necesitado para el trabajo de la universidad. Vaya putada. Pidió permiso al quiosquero para hojear los dos y ver así por cual se decidía. Uno era el típico periódico de hojas enormes con noticias que no paraban de decir que el país iba mejor que nunca y que el equipo de gobierno gestionaba todos los recursos a la perfección. Al ir pasando las hojas, se movían entre sí y acababan un poco descolocadas. No estaba mal.

El otro periódico tenía un formato más pequeño, más de revista, y con las hojas perfectamente grapadas. Era mucho más manejable, desde luego, y tenía bastantes más páginas. Las noticias, sin embargo, hablaban de un país en plena decadencia, el hazmerreir de Europa y cosas así.

Pensó en el trabajo de la universidad. Uf, era una putada tener que decidirse, pero darle vueltas al asunto tampoco le iba a solucionar nada y sí robarle tiempo. Sopesando los pros y los contras se quedó con el grapado. Aunque fuera un coñazo lo de la grapa y los papeles de menor tamaño, tenía bastantes más hojas. Trataría de buscar los ejemplares más pequeños que cupieran entre sus hojas para prensarlos e ir montando el herbario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo se de alguien quien no tuvo que buscar, ni devanarse los sesos para ver que periódico se compraba, ya que le ayudaron, jejejeje