domingo, 16 de noviembre de 2008

Quijote

Desde pequeño había admirado la figura de Don Quijote, ese luchar contracorriente por lo que uno cree, ese no dejarse convencer por lo que los demás equivocadamente ven, ese menosprecio por lo que no importa en la vida al luchar por aquello que uno cree que merece la pena. Era un personaje cuyo patetismo no era sino el reflejo de las miserias del conjunto de la sociedad.

Vaya si lo había admirado. Pero no iba a contratar a aquel perroflauta.

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