jueves, 25 de septiembre de 2008

Desde las sombras

Las luces de la ciudad teñían de amarillo y negro la fresca noche de otoño. Planeaba en silencio, buscando con la mirada a su presa y, a pesar de la excesiva luminosidad, no iba a rendirse.

Lo localizó. Ahí estaba, agazapado comiendo algo entre las sombras de una azotea. Parecía distraído, una presa fácil. Se acercó en un vuelo completamente silencioso y se arrojó sobre su presa.

Lo había conseguido. Era el segundo francotirador que neutralizaba desde que entró en las fuerzas especiales.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un gran aplauso