martes, 16 de septiembre de 2008

Burritos

Le encantaban los burritos. No la comida mejicana sino los animales. Desde pequeño solía escaparse siempre que podía de la granja para acercarse a los burros y jugar con ellos. Eso sí, cuando lo encontraban, siempre le caía una buena bronca e, incluso, algún azote para escarmentarlo -no servía de nada-.

Llegó el día en el que compraron un tractor en la granja. Los burros ya no eran necesarios. Lograron vender casi todos a granjas vecinas salvo los dos más viejos. Esos dos ya sólo eran un estorbo y la decisión fue sencilla. Los sacrificaron y se los dieron de comer a los perros.

Esa noche Canelo no fue a jugar con los burros. Estaba empachado de carne.

1 comentario:

Van dijo...

me enkanta!
kanelo...uuuhhh