jueves, 9 de octubre de 2008

Tiempo, se desvanece

Después de casi un año ya iba conociendo las montañas en profundidad. Había localizado casi una decena de cuevas o refugios en los que guarecerse y al menos tres de ellas estaban a pocos metros del agua potable del río. No había necesitado abrir nuevas sendas ya que las que usaron ganaderos y buhoneros aún se conservaban en buen estado gracias a los excursionistas.

Los primeros días habían sido maravillosos, sobre todo por la novedad de vivir como los primeros hombres. Después vinieron los más jodidos, sobre todo por tener que vivir como los primeros hombres. Luego llegó la serenidad y el vivir siendo uno con el bosque y entonces el tiempo dejó de tener sentido.

Dejando de ser persona se había realizado como ser humano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué quieres que te diga??? simplemente genial. Con mucha enjundia como diría aquel. Me ha gustado "beacoup".