No quedaban tipos de plomo suficientes para componer esa página. Demasiadas m, dichosos novelistas... Estaba harto. Toda su vida dedicada a la impresión de libros y esos desgraciados no paraban de fastidiarle con sus escritos.
De un manotazo llenó el suelo de letras sin sentido y se largó del taller.
domingo, 12 de agosto de 2007
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1 comentario:
Mmmmmmmmuy bueno
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