sábado, 18 de agosto de 2007

Fiestas

La torta de manteca no tenía manteca. Menuda gracia. Todo el año en la ciudad y cuando volvían para las fiestas no podían comerse una en condiciones. Normal que las señoras volvieran enfadadas al poco de llevárselas y que se pusieran a despotricar en la panadería. No querían que se les devolviera el dinero ni que se les preparasen unas nuevas tortas con manteca para un par de horas después. No, sólo necesitaban despotricar un rato y sentirse importantes. Al final aceptaron el trato a cambio de una retahíla de disculpas y una barra de pan para cada una.

Por la noche, después de la novena, se llevaron sus nuevas tortas -gratuitas- de manteca y mierda de panadero.

1 comentario:

Van dijo...

rekordaremos ke el eskritor fue repartidor de pan en los meses de verano...