Con mucho sigilo, abrió la puerta y entró en la habitación. Cerró a continuación con cuidado de no hacer ruido y esperó a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra. No había penumbra sino una oscuridad impenetrable. Se arriesgó a darle al interruptor.
-¡Click!
La habitación seguía totalmente a oscuras.
-¡Click, click! ¡Click, click, click, click!
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1 comentario:
pumpum pumpum PUMPUM PUMPUMPUMPUM
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