miércoles, 29 de agosto de 2007

La oscura verdad

Con mucho sigilo, abrió la puerta y entró en la habitación. Cerró a continuación con cuidado de no hacer ruido y esperó a que sus ojos se acostumbraran a la penumbra. No había penumbra sino una oscuridad impenetrable. Se arriesgó a darle al interruptor.

-¡Click!

La habitación seguía totalmente a oscuras.

-¡Click, click! ¡Click, click, click, click!

1 comentario:

Anónimo dijo...

pumpum pumpum PUMPUM PUMPUMPUMPUM