El pichón miraba con curiosidad por encima del borde de su nido. Abajo dos seres de dos patas hacían ruidos y movían sus extremidades con violencia. No entendía nada.
Vio llegar a su madre y abrió la boca; tenía hambre, como siempre. Su madre regurgitó varias veces cosas ricas y se marchó de nuevo. Volvió a asomarse.
En el suelo, uno de los dos seres yacía inmóvil en un charco de sangre. Otros cuantos seres de dos patas se acercaban a toda prisa y se quedaban alrededor.
Se acurrucó y se durmió de puro aburrimiento.
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2 comentarios:
me muero de rabia
es komo iratxito. El pichón digo
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