viernes, 13 de marzo de 2009

Una planta con posibilidades

Chema tenía entre manos algo grande: una planta preciosa. De momento sólo tenía un par de hojas, muy sencillitas, pero se intuía que de ahí podía salir algo tremendo y que podría forrarse si la vendía a buen precio. Tenía localizado el terreno ideal, en las afueras. Una pequeña vaguada con orientación sur, bien soleada y con árboles y arbustos que la taparían de las miradas indiscretas. Además, a pocos metros pasaba un riachuelo que solía tener agua todo el año. Un lugar perfecto.

De momento sólo lo sabía él. De los compañeros de la facultad, era el único en el que Chema sabía que podía confiar. Y no es que desconfiara de los demás, pero prefería ser precavido.

Eso sí, el alzado y el perfil de los planos de la casa domótica aún tenía que mejorarlos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ya tamos.... otra vez confundiendo!!!jajajajaja
Me ha gustado :)