jueves, 19 de marzo de 2009

Peligro en la noche

Aquellos seis hombres con sus capas no se preocupaban de esconder su presencia mientras caminaban por las calles desiertas y oscuras de los arrabales de la ciudad. Es más, iban riendo y dando voces despreocupadamente. En esos tiempos tan oscuros era difícil ver un alma por la calle. O al menos ver un alma y contarlo. O ver un alma y contarlo y no ser ladrón o asesino. Así que la actitud de esos hombres no podía presagiar nada bueno. Y cada uno de ellos portaba un artefacto maligno.

A Marlo le temblaba la navaja en su única mano. Dudaba entre huir sin hacer ruido o salir corriendo como si le persiguiera una legión de diablos. Y en el fondo daba igual porque su cuerpo no le respondía. Los hombres estaban ya tan cerca que podía escuchar sus palabras. Era peor de lo que se temía.

Dos de ellos acababan de reparar en su presencia y lo señalaron dando voces. Ya era demasiado tarde. Los seis tomaron entre sus manos los artefactos, hiceron un semicírculo a su alrededor y atacaron:
Bella niña, sal al balcón, sal al balcón, que te estoy esperando aquí, aquí, aquí...

1 comentario:

Ñocla dijo...

No sería la tuna, no? jajajajaja