sábado, 7 de marzo de 2009

Sueños recurrentes

A Marion le gustaba tumbarse en el jardín de su casa a ver cómo el cielo se volvía transparente cada noche y dejaba ver las estrellas que ocultaba durante el día. Llevaba ya demasiados años en esa silla de ruedas y pocas cosas le quedaban en la vida que le pudieran hacer un mínimo de ilusión. No es que fuera vieja, pero sentía que la vida no podía aportarle nada más. Tampoco es que quisiera morir. Simplemente, ya vivía más del tiempo que le tocaba.

Se despertó en el corazón de la noche. Hacía bastante frío y tenía la ropa mojada y los pies descalzos y helados. Estaba en mitad del campo, lejos de su casa, lejos de su silla. A ver ahora cómo volvía. Estaba harta de esos sueños recurrentes en los que se alejaba de su rutina y su cuerpo físico obedecía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mas que recurrente yo te pongo a ti como "ocurrente"