martes, 10 de marzo de 2009

La más grande

La del abuelo era siempre la más grande. Pero se empeñaba en repetirles siempre la misma apuesta y reirse con ellos cuando la ganaba. Luis aún era demasiado joven para entender por qué lo hacía una y otra vez, como si fuese siempre la primera, pero sí que entendía que no era algo normal.

Hasta que un día su padre los pilló a todos con los pantalones bajados. Hubo gritos. Gritos muy fuertes y todo fue muy desagradable. A Luis no le explicaron nada. Sólo le hicieron preguntas y más preguntas y que olvidara todo el tema. Porque sí. Por que sí y punto. Y que no preguntara más.

Y ahora, muchos años después de que el abuelo muriese, Luis recordaba con cariño la rodilla deformada por un balazo del abuelo. Siempre era la más grande.

1 comentario:

Ñocla dijo...

Ende loigo, eres "genious". Joooo esta cojonudo. jajajajajajaja
Que apague el ordenador para siempre quien no haya pensado lo que yo. jajajajaj
Pero, sabría que habria algún truco.