sábado, 28 de febrero de 2009

Un día precioso

Se acababa de despertar de una noche de sueño muy reconfortante. El sol comenzaba a borrar la escarcha que blanqueaba los campos y prometía calentar el día a lo largo de la mañana. Era uno de esos días preciosos que uno llegaba a disfrutar desde las últimas horas del alba hasta que la luna llena dominaba los cielos.

Estaba bien jodido. Se había vuelto a dormir durante una guardia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un pesimista diría,: vés siempre hay algo que fastidie lo bueno y el optimista en este caso diría, como ha disfrutado tanto con el día tan precioso se durmió de placer y relajación.