lunes, 2 de febrero de 2009

Con el corazón helado

Tenía el corazón helado. Menudo accidente: un matrimonio y sus dos hijos muertos bajo un camión. Las ambulancias había llegado muy pronto pero el matrimonio y la niña habían resultado decapitados y el niño, aunque respiraba cuando habían llegado los servicios de emergencia, no pudo ser mantenido con vida ni reanimado.

Manolo fue corriendo al Hospital. Le acababan de despertar, las 4:07. El tiempo corría en su contra. Cogió un taxi, tardaría menos. Entró por la puerta de Urgencias y se dirigió corriendo al mostrador. ¿En qué quirófano tenía que hacer el trasplante?

2 comentarios:

Ñocla dijo...

Una vida se apaga para iluminar otra vida. Una pena da lugar a una ilusión, una tristeza a una alegría, una desesperanza a una esperanza....

Anónimo dijo...

Que optimismo.Un poco más de esperanza no te vendría nada mal. ¿Es todo tan terrible acaso?