sábado, 7 de febrero de 2009

Entre la nieve

Había nieve por todas partes y la luna la blanqueaba hasta que hacía daño en los ojos. El viento helado cortaba sus manos, sus orejas, su rostro y se llevaba el calor de su cuerpo hacia lo más profundo del bosque mientras ella trataba de encontrar la belleza que se escondía entre los dedos con los que la muerte acariciaba su pelo. Era hermoso, sin duda, el paisaje, el momento.

Poco a poco se apagaba, se moría. En mitad de la nada, rodeada de árboles, bajo la luna, entre la nieve. Sola. Como siempre estuvo. Tiritando. Un abrazo. Y en ese momento murió. Murió su soledad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dulce muerte! pero aun es mucho más dulce la vida, seguir luchando y ¡¡vivir!!