domingo, 15 de febrero de 2009

Espeleología

Era el primer día que le acompañaba su novia a una cueva. Desde pequeño su padre le había aficionado a la espeleología y no dudó ni un segundo en licenciarse en geología para especializarse después. Se veía como una de esas personas tan afortunadas que viven de hacer aquello para lo que viven.

Sabrina era un encanto. Periodista -y de espíritu aventurero- había encontrado en él a alguien con quien explorar esa parte de la vida que se aleja de las ciudades, las relaciones falseadas entre personas y los formalismos. Cuando le dijo que ese domingo iban a entrar en una cueva sintió un gusanillo en la tripa al pensar en que iba a adentrarse en lugares tan cercanos y desconocidos para la mayoría de las personas. Pasó la semana y finalmente entraron.

Caminar en los intestinos de la tierra era bastante más resbaladizo y angustioso -¿a cuántos metros estaría ya bajo tierra, cuántos miles de toneladas de rocas tendría por encima?- de lo que había pensado los día anteriores. Para nada era desagradable, todo lo contrario, le encantaba no sentir ni un bostezo tratando de salir de su garganta a pesar de las horas que llevaban y la adrenalina se mantenía en un nivel algo superior a la simple alerta pero muy lejos aún del pánico.

Jerónimo se había parado unos metros por delante y pronto le alcanzó. Las linternas de sus cabezas desprendían miles de destellos de los cristales que cubrían el lugar. Sobrepasó a su novio -parecía petrificado- para acercarse a los cristales. Tocó algunos con sus dedos. Menuda puta mierda, vaya decepción. Tantas horas disfrutando de la cueva para ahora, al final, encontrarse con esto. Miró a Jerónimo y vio en sus ojos, en su rostro, la pena, el fracaso. Él se acercó a ella, la abrazó por detrás y le susurró al oído "lo siento".

Algún hijo de puta había roto todos los cristales del coche nuevo de Sabrina.

1 comentario:

Ñocla dijo...

Genial! al principio pasé angustia, ya que tengo fobia y luego cuando iba ya a respirar, katapun vaya mierda, despues de disfrutar y sentir la angustia, algun hijo de puta, fastidió el invento. :(