lunes, 9 de febrero de 2009

Curiosidad

A Jon le gustaba ir tocando todo cuanto había en su camino: paredes, árboles, perros, arbustos, papeleras, pérgolas, escaparates, coches e incluso personas. Sólo los rozaba con la yema de su dedo índice, pero era suficiente para satisfacer su curiosidad. Sentía frío, calor, dureza, rugosidad, suavidad. Y dolor.

A Izaskun no le gustó que le metiera el dedo en el ojo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno!muy bueno! eso hizo Susi, le metió el dedo en el ojo a una trucha, jajajajajaja