lunes, 8 de octubre de 2007

Hace frío

Todo estaba oscuro y neblinoso y el cielo carecía de luna o estrellas. Sentía frío y no se oía nada. Corriendo por la trinchera trató de encontrar a algún otro soldado pero todo estaba vacío salvo por extrañas sombras que percibía por el rabillo del ojo y desaparecían cuando trataba de fijarse en ellas. Sentía mucho miedo. Casi tanto como frío.

Frente a él se hallaba un soldado a quien no conocía y que a su vez le miraba con el rostro contraído de pánico. Se acercaron el uno al otro y, tras un fragmento de eternidad, uno tomó la mano que el otro le ofrecía. Se sentían muy solos.

El comandante estaba muy satisfecho. Al parecer, esa noche, sólo habían caído un zapador y un correo.

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