lunes, 19 de mayo de 2008

Por la noche en la residencia

¡Cuántas veces había soñado con volver a vivir esos días! Ahora tenía que comerse todo el puré para que la imbécil de Lorena no le escogiese como víctima del día y lo acostase a las siete y le dejara a oscuras. No soportaba ser un anciano que ya vivía más de lo necesario. Al menos aún podía moverse por la residencia sin más ayuda que el pasamano que recorría las paredes.

Eran las 19:10 y ya estaba a oscuras en su habitación. Sería puta... De esa noche no pasaba, no tenía por qué soportarlo nunca más. Trató de dormir un rato, hasta que todo quedara en silencio, y entonces lo haría. Ocupó su mente con recuerdos de su juventud y su valentía en la guerra. En unas horas, volvería a ser un espía llevando a cabo una peligrosa misión.

Según su reloj eran casi las tres de la mañana cuando despertó. Posó la oreja en la puerta y aguardó unos instantes en silencio aunque presentía que no era necesaria tanta precaución. Salió al pasillo y avanzó hacia la cocina arrastrando las pantuflas sin hacer ruido. Llegó y entró sin ningún contratiempo. Podía encender las luces, la puerta cerraba bien y no saldría luz fuera. Llegó donde guardaban los utensilios y le costó decidirse entre el cuchillo jamonero y las tijeras de pescado. Cogió las dos y, por un momento, se sintió vivo de nuevo.

Llegó de vuelta a la habitación sudoroso y con taquicardias. Ya estaba hecho y no había vuelta atrás. Se metió en la cama aún sabiendo que no iba a poder dormir. Ya nadie le iba a martirizar con el puré de los cojones.

Durante toda esa semana no hubo puré. Alguien había cortado los cables de la batidora, el robot de cocina y la Thermomix.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Genial... hmmmm vaya cambio de Lorena a Thermomix! Yo te condecoro con la medella al mérito del suspense moderno.

Anónimo dijo...

Pues está de cojones, fántástico. ni yo lo hubiera hecho mejor.......
Me ha encantado
Admirador extrañado

Anónimo dijo...

¡¡COJONUDO!!