sábado, 10 de mayo de 2008

Azar

Cuando arrojaba una moneda al aire sentía que todo el universo se ponía en funcionamiento. De el lanzamiento de esa moneda dependía su siguiente movimiento. Sólo el azar determinaba la cadena de acontecimientos que seguiría, el Universo que quedaría conformado en ese instante y que sería distinto al que hubiera existido de haber caído la moneda del otro lado.

Por eso Monsieur Hasard sufrió una embolia el día que cambiaron las cabinas de teléfono de su ciudad por unas de sólo tarjeta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por eso mismo sigue con tus cuentos, relatos... todos los dias, no vaya ser que el día que dejes de hacerlo me pase como a Mr. Hasard :)