domingo, 23 de diciembre de 2007

Recuerdos de la infancia

La casa seguía tal y como la habían dejado. Quizá los cristales y la fachada se veían más sucios pero, ¿qué esperaba ver si no? Podría decirse que el pueblo se había comido a sí mismo hasta quedarse en un grupo de casas viejas y personas viejas que iban cayendo bajo la rueda del tiempo, cubriéndose de musgo y gusanos.

Hacía una vida que había correteado por esas calles llenas de perros y críos, aprendiendo a aprender. Cada día era una nueva aventura y, al salir de la escuela, nunca sabía dónde iba a estar media hora después, haciendo qué. Comía con hambre, dormía con sueño, vivía con ganas.

Después llegó el momento en el que los jóvenes padres de familia sólo podían aspirar a irse a la ciudad si no querían perder el tren de los nuevos tiempos y vivir como en los países civilizados. Luego en la ciudad, la historia de tantos.

Y ahora ahí se encontraba, treinta años después, frente a la casa que le vio nacer. Cuántos recuerdos de momentos que ya no volverían. ¿Cómo hubiera sido su vida de haberse quedado en el pueblo? ¿Como sería a partir de ahora, de esta decisión que había tomado?

Asintió con la cabeza y el bulldozer comenzó a tirar las viejas casas para iniciar las obras del nuevo polígono industrial.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un simil de la krissis ke estamos viviendo GENIAL! digno de un genio komo tú