Cuentan la anécdota del borracho que buscaba las llaves perdidas bajo la luz de una farola porque ahí se veía mejor. Y la gente se sonríe pensando en lo pardillo que era aquel tipo.
Después, con un par de palmaditas en la espalda, vuelven a buscar la felicidad bajo la luz de lo material.
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1 comentario:
Muy sutíl y sobre todo muy apropiado para estos días
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