domingo, 30 de diciembre de 2007

Engranajes

Mario se preguntaba a veces si no sería que el mundo funcionaba así por pura inercia, sin otro sentido que el de seguir rodando. Tobi, su amigo recogido de una perrera con unos diez años de edad aún tenía pesadillas con sus antiguos dueños. Estíbaliz, la hermana del chico que todos los domingos ayudaba a limpiar de mierda las perreras, quería ponerse tetas porque le gustaban los tíos con coches tuneados. Nelson dudaba entre volverse a Venezuela o montarse una pequeña empresa de reformas en Chequia o Hungría. Lorenzo Francisco estaba a punto de desfalcar a sus socios y largarse a Brasil. Cande se acostaba muy excitada con dos dientes de leche bajo la almohada. Jorge y Kevin perdían la virginidad a la misma hora, en el mismo sitio, avergonzados sin saber de qué. Bhumibol Shinawatra llevaba a sus cinco hijos la comida que había robado al tendero al que había asesinado en un camino de Tailandia un par de horas atrás.

¿Seguro que Dios tiene planes?

No hay comentarios: