lunes, 3 de diciembre de 2007

Efímero

Desde la seguridad de su rodapié, el ratón observaba cómo el gatito perseguía y arrojaba de un lado a otro un diminuto saco de arpillera con un cascabel dentro mientras los mellizos no paraban de reírse con las cabriolas del minino.

Mientras, la madre limpiaba la despensa -un día más- de las mierdas de ratón que abundaban junto a los sacos de legumbres y cereales.

El padre cortó un pedazo de queso, dos pedazos, y se los llevó a la mesa.

El soldado lanzó el obús que destrozó la casa, el padre, la madre, los mellizos, el gato, el ratón.

Las lluvias hiceron brotar entre las ruinas multitud de matojos de garbancera, lenteja, haba...

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