jueves, 15 de noviembre de 2007

Azul

Tenía auténtica obsesión por las luces azules. El último disco duro externo que se compró lo hizo porque se iluminaba con una pastosa luz azulada, no porque lo necesitara. Las pilas del reloj le duraban poco más de un mes, siempre le daba a la luz nocturna para disfrutar de su luminosidad. Las teclas de su móvil despedían luz azul y se suicidó metiendo en la bañera un matamoscas eléctrico.

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