Al final de sus días su vida no parecía gran cosa. Había conseguido todo lo que los hombres anhelaban: poder, dinero, mujeres... Pocos países del mundo le eran desconocidos y había tratado de igual a igual a reyes, presidentes y dictadores. Pero mirando por la ventana a los campos verdes bajo la lluvia del atardecer sentía un gran vacío en su interior; algo le faltaba por hacer en la vida... Había tenido hijos, plantado árboles y escrito libros. Sus manos habían firmado sentencias de muerte y concedido indultos imposibles. Ni el sonido de las risas de sus nietos reverberando por los pasillos conseguía desensombrecerle el ánimo.
Los días se hacían más cortos según avanzaba Noviembre y con la creciente oscuridad su vitalidad se le iba escapando con cada exhalación. El miércoles 21 de Diciembre falleció de madrugada.
Nunca probó las pipas Facundo.
viernes, 23 de noviembre de 2007
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