viernes, 21 de septiembre de 2007

Dos mundos

No pasaba nada por su mente. Eso decían los médicos. Que su cuerpo estaba vivo pero su mente no. Unos decían que eso ya no era su hija sino sólo el cuerpo en el que ella estuvo. Otros decían que su hija seguía viva y que era un crimen dejar que muriera. Ella no sabía qué hacer. El dinero se le agotaba y tenía que vivir su propia vida.

El alma de su hija, desgarrada entre dos mundos a los que no pertenecía, no podía decirle que la quería.

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