La noche parecía no tener fin y se extendía por todo su ánimo. Hacía tiempo que se había puesto el sol y ni la luna ni las estrellas se asomaban desde el cielo. Todo estaba oscuro y tenía mucho miedo. Se sentía completamente sola en aquel entorno sin luz, sin dirección, sin destino, sin pasos sobre los que volver. Todo era negro, igual, indiferente. Gritaba y no había eco.
Días después todo seguía igual de negro y ella yacía acurrucada en cualquier -¿ningún?- sitio. Esperando desesperanzada a una muerte a la que ya podía oler. Y no llegaba
Y entonces, durante un instante, un pensamiento apareció burlón. Sólo tenía que abrir los ojos y la pesadilla acabaría.
Y todo siguió negro, igual, indiferente...
...hasta que se hizo la luz al final del túnel. Y entonces lloró. Lloró con todas sus ganas. Alivio, angustia, alegría, ira, frustración. Todas las sensaciones se peleaban por escapar de su encierro.
Comenzaba su tercera reencarnación.
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1 comentario:
kreo ke ahora entiendo muchas kosas de mi vida
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