Al destornillador se le acababa de separar la punta. Vaya puta mierda, y eso que era de ferretería y no de un todo a un euro. Así ya no servía para nada y lo tiró al césped que crecía alrededor de la fuente.
A la salida del cole, Fran estuvo jugando en el parque como todas las tardes después de clase. Ese día estaba especialmente encantado porque se había encontrado en la hierba la pistola de un extraterrestre.
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1 comentario:
Lo mismo de siempre, genial
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