domingo, 16 de marzo de 2008

El matadero

Desde que estaba en el matadero se preguntaba qué sentirían todos esos cerdos, por qué los mataban así, por qué vivían de ese modo. Lo que había comenzado como un pensamiento fugaz se había convertido en una obsesión que le impedía casi llevar a cabo sus tareas diarias y su familia dependía de lo que él hiciera allí.

¿Por qué? ¿Que sentido tenía para el universo que él estuviera precisamente ahí y los cerdos estuvieran siendo masacrados para que otros seres se los comieran sin ningún honor, sin aportar nada de vuelta a la tierra que en el fondo era quien los alimentaba...

Tenía que volver al mundo real y fue a por un poco de queso. Y en ese preciso instante lo vio todo claro.

Hubo que esperar hasta las 23:13 para que Teresa Vargas encontrara su cuerpecito aplastado por la trampa para ratones.

2 comentarios:

Van dijo...

nooooooooooooooooooooooooooooo
pitikli no!!

jeje me gusta mucho vida

Anónimo dijo...

Increible!!!! Todos somos ratones en este mundo. Veremos la luz, todo claro, cuando nos aplaste la muerte.