martes, 18 de marzo de 2008

Latas de atún

Aunque le encantaba el atún en aceite de oliva y estaba muerto de hambre abrir esa lata le estaba haciendo llorar. Miró la fecha de caducidad: 11-2012. Suspiró, metió el tenedor en la lata, y se lo llevó a la boca.

Masticó una vez, dos veces, tres veces. Perdió la cuenta. Tragó. Volvió a hincar el tenedor y se lo llevó de nuevo a la boca. Masticó. Tragó. Dejó la lata a un lado y bebió un sorbo de agua de la botella.

Se recostó en el sofá y miró a su familia. Todos tenían el rostro triste.

-"Venga, comed un poco que os hará bien" -les repitió, aunque sabía que no le harían caso. Se metió otro poco de atún en la boca y pensó en qué podían hacer mañana para pasar el día. Vomitó y se puso a llorar tendido en el suelo de su refugio nuclear.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué triste es la existencia, cuando no se tiene esperanza...