miércoles, 26 de marzo de 2008

Comiendo en la calle

No siempre podía uno cenar algo caliente así que se sentía muy afortunado esa noche. La comida que habían dejado en recipientes de plástico en la trasera del restaurante estaba bastante buena y esta vez no había mucho hueso y sí trozos de carne.

Se abrió la puerta del local y él salió huyendo hacia la oscuridad de la noche. Los trabajadores del restaurante introdujeron los recipientes del hospital. Ese loco les iba a joder el negocio.

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