lunes, 3 de marzo de 2008

En la catedral

Lo que más le gustaba a Jonás era el silencio que se comía a la catedral por la noche. Durante el día, las pisadas resonaban por los arcos y pasillos pero al caer la noche todo parecía cubrirse de un terciopelo negro que ahogaba el ruido y los intentos de las velas por ver el techo. Iba revisando todos los pasillos, las hileras de bancos, los confesionarios...

...pero nunca lo encontraba. Y eso que todo el mundo iba allí a buscar a Dios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sopbresaliente, 9,5

Anónimo dijo...

BESTIAL