Lo que más le gustaba a Jonás era el silencio que se comía a la catedral por la noche. Durante el día, las pisadas resonaban por los arcos y pasillos pero al caer la noche todo parecía cubrirse de un terciopelo negro que ahogaba el ruido y los intentos de las velas por ver el techo. Iba revisando todos los pasillos, las hileras de bancos, los confesionarios...
...pero nunca lo encontraba. Y eso que todo el mundo iba allí a buscar a Dios.
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2 comentarios:
Sopbresaliente, 9,5
BESTIAL
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