Cada noche se preparaba un vaso de leche caliente con miel y se sentaba en la mesa de la cocina mirando al reloj de la pared. Pasaban los minutos y la leche se enfriaba. Eso le ponía triste. Echaba mucho de menos a su mujer que pasó a mejor vida el pasado marzo tras 60 años de casados. Volvió a mirar el reloj y el sueño fue acariciándolo hasta que logró quedarse dormido.
El tiempo lo curaba todo.
lunes, 17 de marzo de 2008
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1 comentario:
si, pero ver pasar el tiempo no arregla nada, vida, hay ke hacer y ya.
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