miércoles, 27 de febrero de 2008

Sueños de papel

"Pues eso: que os den por el culo a todos" -y se fue de la oficina dando un portazo.

Ese sueño se le repetía todas las madrugadas, poco antes de que sonara el despertador. Ya era prácticamente parte de su rutina diaria. Cada día, a las 11:00 de la mañana, buscaba en Internet los resultados del sorteo. A las 11:03 arrugaba el resguardo y lo tiraba a la papelera llena de notas amarillas, envoltorios de bollería industrial y sueños de papel. Seguiría una semana más con su mierda de trabajo y su sueldo penoso. Los compañeros eran majos y al menos podía ir pagando la hipoteca aunque no le quedara para muchos lujos.

Parecía que las cadenas pesaban menos cuando se las ponía uno mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me de mucho k pensar...aunke las cadenas creo k pesan siempre igual, no dejan de ser hierro...