lunes, 18 de febrero de 2008

La música que agoniza

Ya no podía seguir ignorándolo. La alegría de los primeros días se iba apagando según pasaban las horas hasta convertir sus canciones de amor en quejumbrosos lamentos. Y sabía que, en su situación, no podía hacer nada. Metida en ese tren que la llevaba lejos de casa se resignaba a ver pasar árboles, casas, personas... Quizá cuando volviera aún estaría a tiempo, pero estaba convencida de que ya sería demasiado tarde. Seguramente el todo a 100 estaría ya cerrado y no podría comprar nuevas pilas para el Walkman.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, ¡¡GENIAL!!!!
No quiero decirtelo todos los dias, pero hay días en que es imposible resistirse.

Anónimo dijo...

kanciones de amor en kejumbrosos lamentos...jajajaja a kien no le ha pasado eso alguna vez!! o en voces satánikas poko menos, según el estilo
yo no te digo genial!! no vaya a ser ke te lo kreas demasiao y te desinfles de todo lo ke te krezkas, (komo el bollo kon exceso de levadura), pero si te digo SIGUE!