jueves, 1 de enero de 2009

Corto

No sabía si el camarero le estaba vacilando o es que realmente era así de corto. Al final le dijo que como le diera la gana. Tampoco era tan difícil poner un café cortado. Joder, café solo y un chorrito de leche. Pero no, el tío que si torrefacto, que si descafeinado, que si leche entera, que si de soja, que si sacarina...

En fin, tampoco se podía esperar gran cosa de todo el mundo. Sacó un billete de diez euros y llamó al camarero.

De vuelta a la oficina aún se preguntaba por qué le había contestado a aquel hombrecillo que "si le parece, en céntimos".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿?