sábado, 17 de enero de 2009

Accidente

Durante mucho tiempo había disfrutado viendo fotos de montañas, leyendo sobre ellas, soñando con el día en que coronaría sus cumbres. Pero aquel accidente de coche le había dejado sentado para siempre en una silla de ruedas y sintió que su sueño se alejaba. Nunca dejó de soñar.

Ahora cumplía su sueño de hollar las nieves del Himalaya. Ya podía morir en paz. Y no tardaría en hacerlo. Poco a poco los supervivientes del avión iban muriendo de frío.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo en la vida llega... aunque muchas veces no de la manera en que lo habíamos soñado.