lunes, 19 de enero de 2009

El trabajo dignifica

Para ser su primer día no había estado nada mal. Pensó que no iba a ser capaz de poner cada cosa en su sitio pero sus compañeros, experimentados, le ayudaron cada vez que dudaba sin necesidad de mediar palabra. El estrés del principio se fue convirtiendo en satisfacción por el trabajo bien hecho y de ahí al gozo hubo un paso.

Había estado casi catorce horas trabajando y se encontraba agotado pero muy feliz. ¡Cómo le gustaba su nuevo trabajo de artillero del ejército!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los hay para todos los gusto. Se podría decir para gustos se han hecho las profesiones?