sábado, 12 de abril de 2008

Te miran

Había estada rondando a sus potenciales víctimas durante las últimas dos semanas, anotando sus horarios, siguiendo sus movimientos, estudiando sus hábitos de compra en el hipermercado... Hacía ya tiempo que había dejado de pensar en lo que les hacía a las pobres mujeres porque no aguantaba los remordimientos, pero él necesitaba comer. Finalmente, lo haría esa mañana. Había elegido a la señora Mancheño: joven, se cuidaba físicamente, y su marido estaba fuera durante todo el día. Escondido entre los setos, se fumó un cigarrillo mientras esperaba a que el Audi de color titanio saliese del garage y le dejase vía libre. Luego esperaría una media hora e iría a llamar a la puerta.

Unos veinte minutos después se disponía a salir de su escondite cuando llegó haciendo jogging la señora Camps. ¡Joder cómo le sentaban esas mallas rosa pálido! En unos segundos tenía una erección brutal. Se metió la mano por la cintura del pantalón y se colocó la polla hacia arriba, sujeta con el elástico de sus calzoncillos. Se abrió la puerta, sonaron dos besos, y la señora Camps entró en casa de su amiga. Era su día de suerte. Tendría a las dos a su disposición y toda una mañana para explayarse. Se alisó el traje, se palpó la entrepierna -no se notaba a través del traje oscuro-, cogió el maletín donde guardaba sus artilugios, y se dirigió a la entrada de la casa. Llamó al timbre y aguardó con la mejor de sus sonrisas.

Tan sólo unos minutos después, Eladio ya estaba en plena acción. Su maletín yacía abierto sobre la mesa de la cocina y él manejaba sonriente su contenido ante las dos mujeres inmóviles. Era su gran momento. Seguro que colocaba dos Thermomix.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

KABRONAZO!
eres el mejor konfundiendonos!

Anónimo dijo...

jajajaj!!! nacheteee

Anónimo dijo...

Sabia o intuía por tu forma de escribir que había gato encerrado, jejejejejeje. De todos modos matienes la intriga hasta el final. Dejas volar la imaginación. Lo unico malo... es que el traje se había arrugado un poco, con alisarlo no valía.