viernes, 4 de abril de 2008

¿Antes o después?

Las hojas se iban cubriendo de rocío con suma delicadeza y la luna llena las iluminaba. El silencio era absoluto y cómodo. No había nada que pensar, sólo dejarse llevar por la belleza del momento y percibirla como se presentaba.

Lástima que no hubiera nadie.

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