miércoles, 16 de abril de 2008

Guarradas

Siempre que se rascaba la cabeza se le metían cositas debajo de las uñas que se quitaba con los dientes y luego escupía. Los demás niños pensaban -y decían- que era un guarro por hacer eso. No quería ser guarro, así que decidió terminar con el problema. Su madre compró la loción antipiojos.

Era un gustazo rascarse la cabeza ientras sus compañeros estaban en el hospital por una extraña intoxicación alimentaria.

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