sábado, 19 de julio de 2008

Lentejas

Las lentejas riquísimas, aunque había alguna que otra un poco pasada y estropeaba el sabor de toda la cucharada si no se daba cuenta y la masticaba. El resto de los ingredientes eran excelentes, y era una pena dejar de disfrutar de esa comida casera y ese paisaje por culpa de unas diminutas legumbres. Apartó con la cuchara aquellas lentejas que veía un poco más oscuras y siguió comiendo. Y, la verdad, es que fuera hacía un día espléndido: soleado y el aire fresco y limpio que dejaba ver las montañas tan nítidas que parecían estar a un tiro de piedra.

En días así sí que le daba pena estar en la cárcel.

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