domingo, 27 de julio de 2008

El conductor novato

El conductor del autobús no parecía tener muy claro lo que hacía. Se había saltado dos paradas e ido por otra calle en otras tres ocasiones y su calva brillaba perlada de sudor a pesar de que se pasaba frecuentemente por la misma el pañuelo mugriento que se secaba ahora en el salpicadero. Dos viejas y un punki no habían picado el bono en la parada anterior y él no había hecho amago de darse cuenta. Las curvas las tomaba bien y no se saltaba los semáforos, eso sí. Pero por lo demás... no le veía muy capacitado. Y era una pena porque le parecía simpatiquísimo el detalle del sudor de la calva y el pañuelo. Le daban un toque humano al pobre, pero la inteligencia artificial del prototipo aún no sabía interactuar correctamente con el entorno. No estaban listos aún para la sustitución.

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