domingo, 22 de julio de 2007

Sirenas

Bajo el agua las cosas funcionaban de otra manera. Cuando uno dejaba de patalear en la superficie con los pulmones llenos de agua y se precipitaba hacia el fondo no tardaba mucho en ser recogido por una sirena. Todo humano tiene su sirena predestinada desde el día en que nace y ésta no deja de nadar hasta el día en que muere. Lo malo es cuando uno se ahoga en el mar. Entonces llega la sirena y te coge y no te deja morir, que sería lo bueno. A partir de ese momento uno vuelve a La Madre, pero en vida. Y sufre con ella.

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