sábado, 21 de junio de 2008

Menuda pieza

Tenía los labios más gruesos y apetecibles que había visto en mucho tiempo. Y unos ojos enormes que destacaban entre las demás caras. Tenía que ser para él, fuera como fuera. Por los rasgos, debía ser marroquí, de sangre mediterránea. El color de su piel, las curvas de su cuerpo... Todo era apetecible.

Jamás hubiera creído poder encontrar semejante maravilla en un supermercado. Tragó saliva y se acercó al mostrador. La chica le dirigió una sonrisa. Ufff, le pegaría un mordisco ahí mismo. Pero no, mejor esa noche.

Matías estaba encantado. Menudo besugo había comprado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jejejejejeje
Conociendote como te voy conociendo, ya sabía yo que no podía ser una chica y me diste la pista con los ojos enormessssss
De todas maneras aunque me haya olido el final, me ha encantado, esta genial